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Creado por juancas del 06 de junio del 2015
Audiolibro Choque de Reyes (Voz Humana) HQ
Publicado en el Canal Audiolibros voz Humana para ciegos, creado por ermakysevilla
Choque de reyes (A Clash of Kings) es el segundo libro de la saga de fantasía épica Canción de hielo y fuego del escritor George R. R. Martin. La obra original fue publicada en noviembre de 1998 en Reino Unido y la traducción al español llegó en abril de 2003. Este volumen de la saga continua con el estilo de sus predecesoras: múltiples protagonistas, personajes ambiguos en sus intenciones y con personalidad compleja, giros inesperados de la trama y sutiles elementos mágicos que irán ganado intensidad en los volúmenes siguientes.
Este es un espacio dedicado a las personas como yo,que nuestros ojos ya no nos permiten leer,a los invidentes y a personas con baja visión.Todo mi trabajo está realizado de manera altruista y no busco ninguna compensación,solo la satisfacción de saber que ayudo a otras personas.Un gran abrazo a tod@s.
CONTENIDO
Audiolibro Choque de Reyes (Voz Humana) HQ
Contiene: 44 audiosEn el Podcast: Audiolibro Choque de Reyes (Voz Humana) HQ
en: Arte y literatura
Por: ermakysevilla
- Choque de Reyes Capítulo 40."Nosotros No Pactamos
- Choque de Reyes Capítulo 39."No soy una chica....soy un Lobo Huargo"
- Choque de Reyes Capítulo 38.'Horizonte de Dragones'
- Choque de Reyes Capítulo 37."Traiciones"
- Choque de Reyes Capítulo 36.'La batalla del Aguasnegras'"
- Choque de Reyes Capítulo 35."Nosotros no sembramos"
- Choque de Reyes Capítulo 34."El Norte no Olvida"
- Choque de Reyes Capítulo 33."Guerra de Reyes"
- Choque de Reyes Capítulo 32."El secreto de los Stark"
- Choque de Reyes Capítulo 31."Valar morghulis"
- Choque de Reyes Capítulo 30."La Caída de Invernalia"
- Choque de Reyes Capítulo 29."Madre de dragones, hija de la muerte" - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 28. "Sombras" - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 27. ¡Muerte al Rey Bastardo! - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 26. “En busca de Dragones” - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 25. "Sangre de mi Sangre” - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 24. 'De Dioses y de Monstruos' - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 23. "La venganza de Joffrey" - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 22. "Siete Demonios" - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 21.Bran de Invernalia 'El lobo Alado' - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 20.'El fantasma de Harrenhal' - Completo
- Choque de Reyes Capítulo 19.'La traición de la casa Greyjoy'
- Choque de Reyes Capítulo 18.'El fuego valyrio' - Completo
- Choque de Reyes.Capítulo 17.'Qarth, la ciudad de los brujos' - Completo
- Choque de Reyes.Capítulo 16.El torreón de Craster - Resubido
- Choque de Reyes.Capítulo 15.Bastión de Tormentas
- Choque de Reyes.Capítulo 14.Tierra de cadáveres
- Choque de Reyes.Capítulo 13.El Bosque de los Dioses
- Choque de Reyes.Capítulo 12.El festín de la cosecha
- Choque de Reyes.Capítulo 11.La Fortaleza Roja
- Choque de Reyes.Capítulo 10.El camino hacia El Muro (Resubido)
- Choque de Reyes.Capítulo 9.La khaleesi y sus dragones (Resubido)
- Choque de Reyes.Capítulo 10.El camino hacia El Muro
- Choque de Reyes.Capítulo 9.La khaleesi y sus dragones
- Choque de Reyes.Capítulo 8.Theon Greyjoy y Las Islas del Hierro
- Choque de Reyes.Capítulo 7.Davos Seaworth,'El Caballero de la Cebolla'
- Choque de Reyes.Capítulo 6.La Corona de Invernalia
- Choque de Reyes.Capítulo 5.Tierra de hielo y muerte
- Choque de Reyes.Capítulo 4. Príncipe de Invernalia
- Choque de Reyes.Capítulo 3: Tyrion Lannister 'La mano del Rey'
- Choque de Reyes.Capítulo 2. El Cometa del Rey Joffrey
- Choque de Reyes.Capítulo 1. La huida de Arya
- Choque de Reyes: Prólogo
- Presentación de Choque de Reyes
- LISTA de REPRODUCCIÓN
- CUADROS de VINCULOS
Audios de Audiolibro Choque de Reyes (Voz Humana) HQ
Choque de Reyes Capítulo 20.'El fantasma de Harrenhal' - Completo
05/07/2012
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MensajeTema: Choque de Reyes Capítulo 20 Lun 5 Mar 2012 - 7:23
«El miedo hiere más que las espadas», se repetía Arya,pero no conseguía espantar el miedo.Formaba parte de sus días,igual que el pan duro y las ampollas en los dedos de
los pies tras un largo día de marcha por el camino duro irregular.
Hasta entonces había creído que sabía qué era el miedo, pero lo descubrió de verdad en aquel almacén al lado del Ojo de Dioses. Había pasado allí ocho días hasta que la Montaña dio orden de ponerse en marcha,y cada uno de aquellos días vio morir a alguien. La Montaña entraba en el almacén después de desayunar y elegía a uno de los prisioneros para interrogarlo. Los aldeanos nunca lo miraban.Tal vez creían que, si no se fijaban en él, él no se fijaría en ellos... pero sí, sí los veía, y elegía al que le parecía mejor.No había lugar donde esconderse,ningún truco posible, ninguna manera de estar a salvo.
Una chica compartió el lecho de un soldado durante tres noches consecutivas;al cuarto día la Montaña la eligió, y el soldado no dijo nada.Un viejo sonriente les remendaba las ropas sin parar de parlotear sobre su hijo,decía que servía con los capas doradas en Desembarco del Rey.
—Es leal al rey —decía—, un buen hombre, leal al rey, igual que yo, siempre con Joffrey.
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01:00:21 min
Choque de Reyes Capítulo 19.'La traición de la casa Greyjoy'
30/05/2012
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Era de una belleza innegable. «Pero la primera siempre es una belleza», pensó Theon Greyjoy.
—Hermoso e spectáculo, ¿eh? —dijo una voz femenina detrás de él—. Al joven señor le gusta, ¿verdad?
Theon se volvió y le dirigió una mirada valorativa. Le agradó lo que vio. Hija del hierro, eso se notaba a primera vista; esbelta, de piernas largas, el pelo negro y corto, la piel curtida por el viento, manos fuertes y seguras, y una daga al cinto. Tenía la nariz demasiado grande y afilada para su rostro delgado, pero lo compensaba con una sonrisa preciosa. Calculó que tendría unos pocos años más que él, pero no pasaría de los veinticinco. Se movía como si estuviera acostumbrada a tener la cubierta de un barco bajo los pies.
—Sí, es una belleza —dijo—. Pero no tanto como tú.
—Vaya, vaya. —La joven sonrió—. Más me vale tener cuidado. El joven señor tiene la lengua de miel.
—Pruébala y lo sabrás.
—¿Así nos ponemos? —replicó, mirándolo directamente a los ojos. En las Islas del Hierro había mujeres (no muchas, pero sí algunas) que tripulaban los barcoluengos junto con los hombres, y se decía que la sal y el mar las cambiaban, les daban los apetitos de un varón—. ¿Ha estado mucho tiempo en el mar el joven señor? ¿O es que en el lugar de donde vienes no había mujeres?
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48:51 min
Choque de Reyes Capítulo 18.'El fuego valyrio' - Completo
14/05/2012
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Le habían advertido que se vistiera con prendas de abrigo. Tyrion Lann ister obedeció.Llevaba unos calzones guateados y un jubón de lana, y se cubría con la capa de piel degatosombra que había conseguido en las Montañas de la Luna. La capa tenía un largo absurdo, era para un hombre que lo doblara en estatura. Cuando no iba a caballo, la única manera de llevarla era envolverse en ella varias veces,con lo que parecía una bola de pelo a rayas. Pese a todo se alegraba de haber seguido el consejo. El frío húmedo de la larga cripta se metía hasta los huesos.Timett prefirió volver a subir al sótano en cuanto probóla temperatura que había abajo. Se encontraban en algún punto bajo la colina de Visenya, detrás del edificio del Gremio de Alquimistas. Los muros de piedra húmeda tenían manchones de salitre, y la única luz que les llegaba procedía de la lámpara de aceite,de hierro y cristal, que con tanta cautela llevaba Hallyne el Piromante.
«Con cautela, desde luego... y con más cautela aún hay que manejar estos frascos.»Tyrion cogió uno para examinarlo. Era redondeado y rojizo, como un pomelo de barro. Para su mano resultaba un poco grande, pero sabía que en la de un hombre normal encajaría a la perfección. Las paredes eran muy finas, tan frágiles que le habían avisado para que no lo apretara demasiado, ya que lo podía aplastar con el puño.Además eran rugosas. Hallyne le explicó que era intencionado.
—Un frasco liso resbala de los dedos con mayor facilidad.
Tyrion inclinó el frasco para ver su contenido, y el fuego valyrio fluyó hacia el borde. Sabía que debía de ser de un color verde lóbrego, pero con tan poca luz eraimposible confirmarlo.
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01:21:17 min
Choque de Reyes.Capítulo 17.'Qarth, la ciudad de los brujos' - Completo
02/05/2012
En los muros de Qarth algunos hombres golpeaban gongos para anunciar su llegada,mientras otros hacían sonar extraños cuernos que rodeaban sus cu erpos como grandes serpientes de bronce. Una columna de camellos salió de la ciudad para darles escolta como guardia de honor. Los jinetes vestían armaduras de escamas de cobre y yelmoscon hocicos de jabalí y colmillos también de cobre, rematados por largos penachos de seda negra, y las sillas de sus monturas estaban adornadas con rubíes y granates. Los camellos iban cubiertos por mantas de cien colores diferentes.
—Qarth es la ciudad más grande que ha existido o existirá —le había dicho Pyat Pree ya entre los huesos de Vaes Tolorro—. Es el centro del mundo, la puerta entre el norte y el sur, el puente entre el este y el oeste, más antigua que el recuerdo del hombre y tan magnífica que Saathos el Sabio se sacó los ojos después de contemplarla, porque sabía que todo lo que viera a partir de entonces le resultaría triste y feo en comparación.Dany no se tomó las palabras del brujo al pie de la letra, ni mucho menos, pero la magnificencia de la gran ciudad era innegable. Los tres gruesos muros que rodeaban Qarth mostraban tallas elaboradas. El exterior era de arenisca rojiza, de diez metros de altura y estaba decorado con animales: serpientes sinuosas, milanos en pleno vuelo, peces nadando, todos mezclados con lobos del desierto rojo, cebras rayadas y elefantes monstruosos. El muro central, de doce metros, era de granito gris adornado con escenas de guerra: espadas y lanzas contra escudos, flechas en el aire, héroes luchando, bebés asesinados, piras de cadáveres... La muralla interior eran catorce metros de mármol negro, con tallas que hicieron sonrojar a Dany hasta que se dijo que se estaba comportando como una idiota. No era ninguna doncella. Si podía contemplar las escenas de carnicerías de la muralla gris, ¿por qué tenía que apartar los ojos ante la visión de hombres y mujeres dándose placer unos a otros?
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29:55 min
Choque de Reyes.Capítulo 16.El torreón de Craster - Resubido
02/05/2012
La lluvia azotaba el rostro de Jon mientras espoleaba a su caballo para cruzar el arroyo crecido. El Lord Comandante Mormont, a su lado, se tironeó de la capuc ha de la capa al tiempo que murmuraba pestes sobre aquel clima. Tenía su cuervo encima del hombro,con las plumas desgreñadas, tan empapado y refunfuñón como el Viejo Oso. Una ráfaga de viento hizo que las hojas mojadas revolotearan en torno a ellos como una bandada de pájaros muertos.
«El Bosque Encantado —pensó Jon de mal humor—. El bosque ahogado, más bien.»
Deseaba que Sam aguantara al final de la columna. No era buen jinete ni siquiera con un clima razonable, y los seis días de lluvia habían hecho que el terreno fuera traicionero, todo barro y rocas ocultas. Cuando el viento soplaba el agua les entraba en los ojos. El Muro se estaría derritiendo en la zona sur, el hielo fundido se mezclaría con la lluvia cálida en ríos y cascadas. Pyp y Sapo estarían junto al fuego en la sala común,bebiendo copas de vino especiado antes de la cena. Jon los envidiaba. Las ropas de lana húmedas se le pegaban a la piel y le picaban, el peso de la cota de malla y la espada hacían que le dolieran a rabiar la espalda y el cuello, y estaba harto de bacalao en salazón, carne en salazón y queso duro.
Por delante de la columna resonó la nota trémula de un cuerno de caza, casi ahogada por el repiqueteo constante de la lluvia.
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58:41 min
Choque de Reyes.Capítulo 15.Bastión de Tormentas
08/02/2012
Mientras dormía en las praderas onduladas, Catelyn soñó que Bran estaba sano otra vez,que Arya y Sansa se daban la mano, que Rickon era todavía un bebé que se alimentaba de su pecho. Robb, sin corona, jugaba con una espada de madera, y cuando todos se dormían encontraba a Ned en su lecho, sonriente.
Un sueño dulce, un sueño breve. Llegó el amanecer cruel con su daga de luz. Se despertó dolorida, sola, cansada; cansada de cabalgar, cansada de sufrir, cansada del deber.
«Quiero llorar —pensó—. Quiero que me consuelen. Estoy cansada de ser fu día... una hora.»
En el exterior de su tienda los hombres se movían ya. Oyó relinchos de caballos, a Shadd quejarse de que tenía la espalda agarrotada, a Ser Wendel pidiendo su arco a gritos. Catelyn deseó con todas sus fuerzas que desaparecieran. Eran hombres buenos,leales, pero estaba cansada de todos. Sólo anhelaba ver a sus hijos. Se prometió que un día se quedaría en la cama, un día se permitiría el lujo de no ser fuerte.
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54:29 min
Choque de Reyes.Capítulo 14.Tierra de cadáveres
03/02/2012
Después de encaramarse a la rama más alta, Arya alcanzó a ver las chimeneas que sobresalían entre los árboles. Los tejados de paja se amontonaban a lo larg o de la orilla del lago y del arroyuelo que desembocaba en él, y un muelle de madera se adentraba en el agua junto a un edificio bajo y alargado con tejado de pizarra.
Se asomó un poco más, hasta que la rama empezó a combarse bajo su peso. En el muelle no había botes amarrados, pero alcanzó a ver tenues zarcillos de humo que salían por algunas de las chimeneas, así como parte de un carromato oculto tras un establo.
«Ahí hay alguien.» Arya se mordió el labio. El resto de los lugares que habían visto estaban desiertos y arrasados, ya fueran granjas, aldeas, castillos, septos o graneros. Si podía arder, los Lannister lo habían quemado; si podía morir, lo habían matado. Hasta habían prendido fuego a los bosques siempre que tuvieron ocasión, aunque las hojas eran todavía verdes y estaban húmedas tras las recientes lluvias, y los incendios no llegaron a extenderse.
—Si hubieran podido, habrían quemado el lago —llegó a decir Gendry.
Arya sabía que tenía razón. La noche que escaparon, las llamas de la ciudad incendiada se reflejaron en el agua con tal brillo que parecía como si el lago estuviera ardiendo.
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47:32 min
Choque de Reyes.Capítulo 13.El Bosque de los Dioses
30/01/2012
Si queréis volver a casa, id esta noche al bosque de dioses.El mensaje seguía siendo idéntico en la centésima lectura que en la primera, cuando Sansa había encontrado el pergamino doblado bajo su almohada. No sabía cómo había llegado allí, ni quién lo había enviado. La nota no tenía firma ni sello, y la caligrafía le resultaba desconocida. Lo arrugó y lo estrechó contra su pecho.
—Si queréis volver a casa, id esta noche al bosque de dioses —susurró en un hilo de voz.
¿Qué podía significar aquello? ¿No debería llevárselo a la reina, para demostrar que era buena? Se frotó el estómago, nerviosa. El cardenal amoratado que le había proporcionado Ser Meryn era ya de un amarillo sucio, pero le seguía doliendo. Llevaba el guantelete de malla cuando la golpeó. Había sido culpa de ella, de Sansa. Tenía que aprender a ocultar mejor sus sentimientos para no hacer enfadar a Joffrey. Cuando se enteró de que el Gnomo había enviado a Lord Slynt al Muro, se olvidó de controlarse y exclamó: «¡Ojalá se lo lleven los Otros!». El rey no había estado nada satisfecho.
Si queréis volver a casa, id esta noche al bosque de dioses.Sansa había rezado mucho. ¿Sería aquello la respuesta, un caballero de verdad acudía a salvarla? Tal vez fuera uno de los gemelos Redwyne, o el valeroso Ser Balon Swann... o incluso Beric Dondarrion, el joven señor del que se había enamorado su amiga Jeyne Poole, con su pelo dorado rojizo y la capa negra cubierta de estrellas.
Si queréis volver a casa, id esta noche al bosque de dioses.
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29:21 min
Choque de Reyes.Capítulo 12.El festín de la cosecha
23/01/2012
Bran tenía los ojos bien abiertos mucho antes de que los dedos pálidos del amanecer empezaran a filtrarse por las hendiduras de los postigos.
Había vis itas en Invernalia, los invitados habían llegado para el festín de la cosecha. Aquella mañana justarían contra el estafermo del patio. En el pasado, la perspectiva lo habría llenado de emoción. En el pasado.Ya no. Serían los Walders quienes cruzarían lanzas con los escuderos de la escolta de Lord Manderly, y Bran no podría tomar parte. Tenía que hacer de príncipe en las estancias de su padre.
—Escucha con atención y puede que aprendas lo que de verdad significa ser un señor —le había dicho el maestre Luwin.
Bran no había pedido que lo nombraran príncipe. Su sueño había sido siempre convertirse en un caballero: armadura brillante, estandartes al viento, una lanza, una espada, un caballo de combate entre las piernas... ¿Por qué tenía que perder el tiempo escuchando a unos viejos hablar de cosas que sólo entendía a medias?
«Porque estás roto», le recordó una voz en su interior. Un señor sólo tenía que permanecer sentado entre cojines, podía estar tullido. Los Walders le habían contado que su abuelo estaba tan débil que había que llevarlo a todas partes en una litera. Pero a un caballero no, un caballero debía ir a lomos de un gran caballo. Además, era su deber.
—Eres el heredero de tu hermano y el Stark de Invernalia —le dijo Ser Rodrik, para después recordarle cómo Robb se sentaba junto a su señor padre cuando iban a verlo sus vasallos.
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01:13:00 min
Choque de Reyes.Capítulo 11.La Fortaleza Roja
18/01/2012
La reina no tenía la menor intención de esperar a Varys.
—La traición ya es un crimen —declaró, furiosa—, pero esto es una verdadera villanía, y no necesito que ese eunuco remilgado me diga qué hay que hacer con los villanos.
Tyrion cogió las cartas que su hermana tenía en la mano, las puso juntas y las comparó. Eran dos copias, la redacción era idéntica, aunque las caligrafías fueran diferentes.
—El maestre Frenken recibió la primera carta en el castillo Stokeworth —explicó el Gran Maestre Pycelle—. La segunda copia llegó a través de Lord Gyles.
—Si Stannis se ha molestado en enviarlas a esos dos —dijo Meñique pasándose un dedo por la barba—, es más que seguro que el resto de los señores de los Siete Reinos también habrán recibido una copia.
—Quiero que se quemen esas cartas —exigió Cersei—, de la primera a la última.
Ni mi hijo ni mi padre deben oír el menor rumor al respecto.
—Sospecho que a estas alturas a nuestro padre le habrá llegado bastante más que un rumor —replicó Tyrion con tono seco—. Seguro que Stannis envió un pájaro a Roca Casterly y otro a Harrenhal. En cuanto a lo de quemar las cartas, no serviría de nada. La canción se ha cantado, el vino se ha derramado, la puta se ha quedado preñada. Y en realidad no es tan espantoso como parece.
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01:19:07 min
Choque de Reyes.Capítulo 10.El camino hacia El Muro (Resubido)
16/01/2012
El camino era poco más que dos surcos entre las hierbas crecidas.Por un lado eso era bueno, había tan poco tráfico de viajeros que nadie podría señalar en qué dirección se habían ido. Allí, la marea humana que recorría el camino real no era más que un reguerillo.Lo malo era que el camino resultaba sinuoso como una serpiente, trazaba curvas y más curvas, se enredaba con otros senderos secundarios, y en ocasiones parecía esfumarse por completo, para reaparecer media legua más adelante, justo cuando ya habían perdido la esperanza. Arya lo detestaba a muerte. El terreno no era duro, las colinas eran onduladas y los campos sembrados se intercalaban entre prados,bosquecillos y valles surcados por arroyuelos de aguas tranquilas bordeados de sauces.
Pero, pese a todo, el camino era tan estrecho y retorcido que tenían que avanzar a paso de caracol.Lo que más ralentizaba su marcha eran los carromatos, que avanzaban a duras penas. Los ejes crujían bajo el peso de las cargas. Tenían que detenerse una docena de veces al día para desatascar las ruedas que se quedaban trabadas en los surcos, o doblar las yuntas para ascender por una ladera embarrada. En cierta ocasión, en medio de un bosquecillo de robles, se toparon de frente con tres hombres que llevaban un cargamento de leña en un carro tirado por un buey. No había lugar para que se cruzaran, de manera que no pudieron hacer otra cosa que esperar mientras los leñadores desaparejaban el buey, lo guiaban entre los árboles, daban la vuelta al carro, volvían a uncir al buey, y regresaban por donde habían llegado. El buey era aún más lento que los carromatos, así que aquel día apenas avanzaron nada.
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01:06:58 min
Choque de Reyes.Capítulo 9.La khaleesi y sus dragones (Resubido)
16/01/2012
Los dothrakis llamaban al cometa shierak qiya, Estrella Sangrante. Los ancianos murmuraban que era un mal presagio, pero Daenerys Targaryen lo había visto por primera vez la noche en que quemó el cadáver de Khal Drogo en la pira, la noche en que sus dragones despertaron. «Es el heraldo de mi llegada —se dijo al tiempo que alzaba la vista hacia el cielo nocturno, con el corazón lleno de asombro ante aquel portento—. Los dioses lo han enviado para mostrarme el camino.» Pero cuando expresó aquella idea en voz alta, su doncella Doreah la desanimó.
—En esa dirección están las tierras rojas, khaleesi. Los jinetes dicen que se trata de un lugar sombrío, terrible.
—Debemos ir hacia donde señala el cometa —insistió Dany... aunque lo cierto era que no le quedaba otro camino posible.
No se atrevía a poner rumbo hacia el vasto océano de hierba que todos conocían como el mar dothraki.
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43:18 min
Choque de Reyes.Capítulo 10.El camino hacia El Muro
12/01/2012
El camino era poco más que dos surcos entre las hierbas crecidas.Por un lado eso era bueno, había tan poco tráfico de viajeros que nadie podría señal ar en qué dirección se habían ido. Allí, la marea humana que recorría el camino real no era más que un reguerillo.Lo malo era que el camino resultaba sinuoso como una serpiente, trazaba curvas y más curvas, se enredaba con otros senderos secundarios, y en ocasiones parecía esfumarse por completo, para reaparecer media legua más adelante, justo cuando ya habían perdido la esperanza. Arya lo detestaba a muerte. El terreno no era duro, las colinas eran onduladas y los campos sembrados se intercalaban entre prados,bosquecillos y valles surcados por arroyuelos de aguas tranquilas bordeados de sauces.
Pero, pese a todo, el camino era tan estrecho y retorcido que tenían que avanzar a paso de caracol.Lo que más ralentizaba su marcha eran los carromatos, que avanzaban a duras penas. Los ejes crujían bajo el peso de las cargas. Tenían que detenerse una docena de veces al día para desatascar las ruedas que se quedaban trabadas en los surcos, o doblar las yuntas para ascender por una ladera embarrada. En cierta ocasión, en medio de un bosquecillo de robles, se toparon de frente con tres hombres que llevaban un cargamento de leña en un carro tirado por un buey. No había lugar para que se cruzaran, de manera que no pudieron hacer otra cosa que esperar mientras los leñadores desaparejaban el buey, lo guiaban entre los árboles, daban la vuelta al carro, volvían a uncir al buey, y regresaban por donde habían llegado. El buey era aún más lento que los carromatos, así que aquel día apenas avanzaron nada.
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01:06:58 min
Choque de Reyes.Capítulo 9.La khaleesi y sus dragones
09/01/2012
Los dothrakis llamaban al cometa shierak qiya, Estrella Sangrante. Los ancianos murmuraban que era un mal presagio, pero Daenerys Targaryen lo había visto por primera vez la noche en que quemó el cadáver de Khal Drogo en la pira, la noche en que sus dragones despertaron. «Es el heraldo de mi llegada —se dijo al tiempo que alzaba la vista hacia el cielo nocturno, con el corazón lleno de asombro ante aquel portento—. Los dioses lo han enviado para mostrarme el camino.» Pero cuando expresó aquella idea en voz alta, su doncella Doreah la desanimó.
—En esa dirección están las tierras rojas, khaleesi. Los jinetes dicen que se trata de un lugar sombrío, terrible.
—Debemos ir hacia donde señala el cometa —insistió Dany... aunque lo cierto era que no le quedaba otro camino posible.
No se atrevía a poner rumbo hacia el vasto océano de hierba que todos conocían como el mar dothraki.
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43:18 min
Choque de Reyes.Capítulo 8.Theon Greyjoy y Las Islas del Hierro
04/01/2012
En Pyke no había ningún fondeadero seguro, pero Theon Greyjoy quería ver el castillo de su padre desde el mar, igual que lo había visto por última vez hac? ?a ya diez años,cuando la galera de combate de Robert Baratheon se lo había llevado para ponerlo bajo la tutela de Eddard Stark. Aquel día se había quedado de pie junto a la baranda, escuchando los golpes de los remos contra el agua y el sonido rítmico del tambor del maestre, mientras veía cómo Pyke se perdía en la distancia. Y lo que deseaba en aquel momento era ver cómo iba creciendo, como surgía del mar ante él.
La Myraham, obediente a sus deseos, pasó de largo el cabo con sus velas restallando y su capitán maldiciendo el viento, la tripulación y los caprichos de jovencitos de noble cuna. Theon se echó hacia delante la capucha de la capa para protegerse de las salpicaduras de las olas y buscó su hogar.
La orilla era una serie de rocas abruptas y acantilados amenazadores, y el castillo parecía fundirse con su entorno, con torres, muros y puentes excavados en la misma piedra gris negruzca; humedecido por las mismas olas saladas, festoneado con los mismos manchones de líquenes color verde oscuro, salpicado por los excrementos de las mismas aves marinas. El cabo en el que los Greyjoy habían erigido su fortaleza fue en un tiempo como una espada que se adentrara en las entrañas del océano, pero las olas lo habían golpeado día y noche hasta que la tierra se quebró en pedazos, hacía ya un millar de años. Sólo quedaban tres islas peladas y yermas, y una docena de imponentes pilares rocosos que se alzaban de las aguas como si fueran las columnas del templo de algún dios marino, mientras las olas furiosas chocaban contra ellos y los salpicaban de espuma.
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01:04:16 min
Choque de Reyes.Capítulo 7.Davos Seaworth,'El Caballero de la Cebolla'
27/12/2011
El humo de los dioses que ardían oscurecía el aire de la mañana.
Estaban todos en llamas: la Doncella y la Madre, el Guerrero y el Herrero, la Vieja de los ojos color perla y el Padre con su barba dorada. Hasta el Desconocido,tallado para darle un aspecto más animal que humano. La madera seca y vieja y las incontables capas de pintura y barniz ardían con una luz fiera y hambrienta. El calor hacía vibrar el aire gélido; detrás, las gárgolas y dragones de piedra de los muros del castillo parecían borrosos, como si Davos los estuviera viendo a través de un velo delágrimas.
«O como si las bestias temblaran, se estremecieran...»
—Mala cosa —señaló Allard, aunque al menos tuvo la sensatez de decirlo en voz baja.
Dale murmuró algo en tono de asentimiento.
—Silencio —ordenó Davos—. Recordad quiénes sois.
Sus hijos eran hombres buenos, pero jóvenes, y sobre todo Allard era muy impulsivo.
«Si yo hubiera seguido dedicado al contrabando, Allard habría acabado en el Muro. Stannis lo salvó de ese destino, una cosa más que le debo...»
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50:02 min
Choque de Reyes.Capítulo 6.La Corona de Invernalia
01/12/2011
La corona de su hijo estaba recién salida de la forja, y a Catelyn Stark le pareció que era un gran peso sobre la cabeza de Robb.La antigua corona de los Reye s del Invierno se había perdido hacía ya tres siglos,cuando Torrhen Stark se arrodilló en gesto de sumisión ante Aegon el Conquistador.
Nadie sabía qué había hecho Aegon con ella, pero el herrero de Lord Hoster era un buen artesano, y la corona de Robb se asemejaba mucho al aspecto que, según las leyendas, tenía la que había ceñido las frentes de los antiguos Stark: un aro abierto de cobre batido, con incisiones en forma de las runas de los primeros hombres, y por encima nueve púas de hierro negro labradas en forma de espadas. Nada de oro, plata ni piedras preciosas; los metales del invierno eran el bronce y el hierro, oscuros y fuertes para combatir contra el frío.
En la gran sala de Aguasdulces, mientras esperaban a que el prisionero compareciera ante ellos, vio cómo Robb se echaba la corona hacia atrás de manera que reposara sobre su espeso cabello castaño rojizo; a los pocos momentos se la volvió a mover hacia delante; más tarde le dio un cuarto de vuelta, como si así la fuera a sentir más cómoda en la frente.
«No es fácil llevar una corona —pensó Catelyn mientras lo contemplaba—. Y menos para un niño de quince años.»
Cuando los guardias llevaron al cautivo a su presencia, Robb pidió su espada. Olyvar Frey se la ofreció con el puño por delante, y su hijo la desenvainó y se la puso cruzada sobre las rodillas, a modo de amenaza evidente para todos.
—Alteza, aquí está el hombre que habéis ordenado venir —anunció Ser Robin Ryger, capitán de la guardia de la Casa Tully.
—¡Arrodíllate ante el rey, Lannister! —gritó Theon Greyjoy.
Ser Robin obligó al prisionero a ponerse de rodillas.
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Choque de Reyes.Capítulo 5.Tierra de hielo y muerte
23/11/2011
Según los viejos mapas de Sam, la aldea se llamaba Arbolblanco. A Jon no le parecía ni que fuera una aldea. Cuatro casas ruinosas de una estancia cada una, ed ificadas con piedras sin cementar, y al lado un redil vacío y un pozo. El tejado de las casas era de hierba, y en vez de postigos en las ventanas había pieles andrajosas. Y sobre ellas, se cernían las ramas blancas y las hojas color rojo oscuro de un arciano de proporciones monstruosas.
Era el árbol más grande que Jon Nieve había visto jamás, el tronco tenía casi dos metros y medio de ancho, y las ramas eran tan largas y abundantes que la aldea entera quedaba a su sombra. Pero el tamaño no era tan inquietante como la cara... sobre todo la boca, que no era un simple tajo, sino un hueco mellado en el que habría cabido una oveja.«Pero esos huesos no son de oveja. Y lo que hay entre las cenizas no es un cráneo de oveja.»
—Un árbol muy viejo —comentó Mormont desde su caballo, con el ceño fruncido.
—Viejo —asintió el cuervo posado en su hombro—. Viejo, viejo, viejo.
—Y poderoso. —Jon percibía claramente su poder.
Thoren Smallwood, con su negra coraza y su cota oscura de malla, descabalgó junto al árbol.
—Mirad qué cara. No me extraña que los hombres le tuvieran miedo cuando llegaron a Poniente. Me encantaría clavarle una buena hacha.
—Mi señor padre decía que delante de un árbol corazón no es posible mentir —
dijo Jon—. Los antiguos dioses saben cuándo mienten los hombres.
—Lo mismo creía mi padre —dijo el Viejo Oso—. Quiero ver de cerca ese cráneo.
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Choque de Reyes.Capítulo 4. Príncipe de Invernalia
17/11/2011
Bran prefería la piedra dura del asiento de la ventana a la comodidad del colchón de plumas y las mantas. Cuando estaba en la cama sentía como si las paredes se le vinieran encima y el techo pesara sobre él. Cuando estaba en la cama, la habitación era su celda en Invernalia, su prisión. Pero, al otro lado de la ventana, el ancho mundo aún lo llamaba.
No podía caminar, ni trepar, ni cazar, ni pelear con una espada de madera como hacía antes, pero aún podía mirar. Le gustaba ver cómo las ventanas de Invernalia se iban iluminando a medida que tras sus cristales en forma de diamante se encendían velas y chimeneas, y le encantaba escuchar cómo los lobos huargos cantaban a las estrellas.
En los últimos tiempos soñaba a menudo con lobos. «Me hablan, de hermano a hermano», se dijo cuando los lobos empezaron a aullar. Casi los comprendía... no del todo, pero casi... como si cantaran en un idioma que había dominado en el pasado, y que luego había olvidado. A los Walders les daban miedo, pero por las venas de los Stark corría sangre de lobos. Se lo había dicho la Vieja Tata. «Aunque en unos es más fuerte que en otros», le advirtió.
El aullido de Verano era largo y triste, lleno de pena y añoranza. El de Peludo era más incontrolado. Sus voces resonaron en los patios y en las salas hasta que el castillo entero pareció invadido por una manada de lobos huargos, como si hubiera más de dos...dos, donde en el pasado hubo seis. «¿Estarán llamando a Viento Gris, y a Fantasma, y a Nymeria, y al espíritu de Dama? ¿Querrán que regresen para volver a ser una manada?»
—Nadie sabe qué pasa por la mente de un lobo —le dijo Ser Rodrik Cassel cuando Bran le preguntó por qué aullaban.
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Choque de Reyes.Capítulo 3: Tyrion Lannister 'La mano del Rey'
08/11/2011
Con el gélido atuendo blanco de la Guardia Real, Ser Mandon Moore parecía un cadáver amortajado.
—Su Alteza ha dado órdenes muy concretas, el Consej o está reunido y nadie debe molestar.
—Yo supondré una molestia muy pequeña, ser. —Tyrion se sacó el pergamino de la manga—. Traigo una carta de mi padre, Lord Tywin Lannister, la Mano del Rey.Aquí está su sello. —Nadie debe molestar a Su Alteza —repitió Ser Mandon muy despacio, como si Tyrion fuera idiota y no lo hubiera oído la primera vez.
En cierta ocasión, Jaime le había dicho que Moore era el miembro más peligroso de la Guardia Real, exceptuándolo a él, claro, porque su rostro nunca dejaba entrever lo que haría a continuación. En aquel momento a Tyrion le hubiera ido muy bien tener alguna pista. Bronn y Timett podrían matar al caballero si había que llegar a las espadas, pero asesinar a uno de los protectores de Joffrey no era un buen comienzo. Aunque, si permitía que aquel hombre lo despreciara, ¿qué sería de su autoridad? Se obligó a sonreír.
—Aún no os he presentado a mis compañeros, Ser Mandon. Éste es Timett, hijo de Timett, un mano roja de los Hombres Quemados. Y éste es Bronn. ¿Os acordáis de Ser Vardis Egen, el capitán de la guardia de Lord Arryn?
—Sí, lo conozco. —Los ojos de Ser Mandon eran de un color gris claro, extrañamente inexpresivos y carentes de vida.
—Lo conocíais —corrigió Bronn con una sonrisa tensa.
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Choque de Reyes.Capítulo 2. El Cometa del Rey Joffrey
03/11/2011
El día del nombre del rey Joffrey amaneció claro y con viento, la larga cola del gran cometa se veía perfectamente entre las nubes pasajeras. Sansa lo estaba observando desde la ventana de su torre cuando Ser Arys Oakheart llegó para acompañarla adondeiba a tener lugar el torneo.
—¿Qué creéis que significa? —le preguntó.
—Gloria a vuestro prometido —respondió Ser Arys al instante—. Ved cómo sus llamas surcan el cielo hoy, en el día del nombre de Su Alteza, como si los propios dioses alzaran un estandarte en su honor. El pueblo ya lo ha denominado el Cometa del Rey Joffrey.
No le cabía duda de que eso era lo que le habían dicho a Joffrey; Sansa no estaba tan segura.
—He oído hablar a los criados, lo llaman la Cola del Dragón.
—El rey Joffrey se sienta en el trono que fue de Aegon el Dragón, en el castillo que construyó su hijo —dijo Ser Arys—. Es el heredero del dragón, y el escarlata es el color de la Casa Lannister, ahí tenéis otra señal. Este cometa nos ha sido enviado como heraldo del ascenso de Joffrey al trono. Significa que triunfará sobre sus enemigos.
«¿Será verdad? —se preguntó—. ¿Pueden los dioses ser tan crueles?» Su madre era uno de los enemigos de Joffrey; y su hermano Robb, otro. Su padre había muerto por orden del rey. ¿Acaso Robb y su señora madre iban a morir también? El cometa era rojo, cierto, pero Joffrey era tan Baratheon como Lannister, y el blasón de los Baratheon era un venado negro sobre campo de oro. ¿No deberían los dioses haber enviado a Joff un cometa dorado?
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Choque de Reyes.Capítulo 1. La huida de Arya
31/10/2011
En Invernalia la habían llamado «Arya Caracaballo», y en aquellos tiempos pensaba que no había nada peor, pero eso era antes de que el huérfano Lommy Manos verdes le pusiera el mote de «Chichones».
La verdad era que, al tocarse la cabeza, se la notaba llena de bultos. Cuando Yoren la había arrastrado a aquel callejón, pensó que iba a matarla, pero el agrio anciano se limitó a agarrarla con fuerza mientras le cortaba con la daga los mechones de cabellos revueltos y apelmazados. Recordaba cómo la brisa se había llevado los puñados de pelo castaño sucio, rodando por las piedras del pavimento, hacia el sept donde acababa de morir su padre.
—Voy a llevarme a unos cuantos hombres y muchachos de la ciudad —gruñó Yoren mientras el acero afilado le arañaba la cabeza—. No te muevas, chico.
Cuando terminó, apenas si le quedaban unos mechones desiguales en el cuero cabelludo.
Le dijo que, desde aquel momento y hasta que llegara a Invernalia, iba a ser Arry,un muchacho huérfano.
—No costará mucho salir por la puerta de la ciudad, pero el camino será otra cosa.
El trayecto es largo, y la compañía poco grata. Esta vez tengo a treinta hombres y chicos, todos van destinados al Muro, y no creas que se parecen en nada a tu hermano bastardo. —La sacudió por los hombros—. Lord Eddard me dejó elegir lo que quisiera de las mazmorras, y no encontré ningún joven señor. De este grupo, la mitad te entregarían a la reina en menos de lo que se tarda en escupir, a cambio del indulto y tal vez unas monedas de plata. La otra mitad haría lo mismo, sólo que antes te violarían.
Así que no hables con nadie, y mea siempre entre los árboles, cuando estés a solas. Eso va a ser lo más difícil, lo de mear, así que bebe lo imprescindible. Tal como había dicho, no les costó nada salir de Desembarco del Rey.
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Choque de Reyes: Prólogo
27/10/2011 La cola del cometa rasgaba el amanecer; era una brecha roja que sangraba sobre los riscos de Rocadragón como una herida en el cielo rosa y púrpura.
El m aestre estaba de pie en el balcón de sus aposentos, azotado por el viento. Allí era adonde llegaban los cuervos tras un largo vuelo. Sus excrementos salpicaban las gárgolas de cuatro metros que se alzaban a ambos lados del hombre, un sabueso infernal y un wyvern, dos de las miles que vigilaban desde los muros de la antigua fortaleza.Cuando llegó a Rocadragón, el ejército de seres de piedra lo ponía nervioso, pero con los años se había acostumbrado a ellos. En aquel momento los consideraba viejos amigos. Los tres juntos observaron el cielo como si fuera un mal presagio.El maestre no creía en las profecías. Aun así, pese a su avanzada edad, Cressen nunca había visto un cometa ni la mitad de brillante que ése, ni de aquel color, aquel color espantoso, el color de la sangre, las llamas, los ocasos... Se preguntó si sus gárgolas habrían visto alguna vez uno semejante. Llevaban allí mucho más tiempo que él, y allí seguirían mucho después de que muriera. Si las lenguas de piedra pudieran hablar...
«Qué tontería. —Se apoyó en la barandilla, vio el mar batir abajo y sintió la piedra negra, dura y áspera bajo los dedos—. Gárgolas que hablan y profecías en el cielo. Soy un viejo idiota que empieza a pensar como un niño.» ¿Acaso toda la sabiduría ganada con tanto trabajo a lo largo de una vida lo estaba abandonando, igual que la salud y las fuerzas? Era un maestre, había aprendido en la gran Ciudadela de Antigua, allí había obtenido su cadena. ¿A qué se veía reducido si las supersticiones lo dominaban como a cualquier campesino ignorante?Aun así... aun así... El cometa se divisaba ya incluso durante el día, mientras de las fumarolas de Montedragón, tras el castillo, se alzaban columnas de vapor color gris claro, y el día anterior un cuervo blanco había llegado de la Ciudadela con un mensaje, noticias ya anticipadas pero no por ello menos temibles: el anuncio del fin del verano.
Presagios, todo eran presagios. Demasiados para negarlos. «¿Qué significa todo esto?»,habría querido gritar.....
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01:17:24 min
Presentación de Choque de Reyes
10/08/2011
Choque de reyes es el segundo libro de la saga de fantasía épica Canción de hielo y fuego del escritor George R. R. Martin. La obra original fue publicada en noviembre de 1998 en Reino Unido y la traducción al español llegó en abril de 2003.
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