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Audiolibro Tormenta de espadas (Voz Humana) HQ
Tormenta de espadas (A Storm of Swords) (2000) es el tercer libro de la saga de literatura fantástica Canción de hielo y fuego y su autor es George R. R. Martin. El original en inglés se publicó en agosto del 2000 en el R...
CONTENIDO
Audiolibro Tormenta de espadas (Voz Humana) HQ
16 audiosEn el Podcast: Audiolibro Danza de Dragones.
en: Arte y literatura
Por: Audiolibro Danza de Dragones (Voz humana) HQ - COMPLETO
- Audiolibro Tormenta de espadas (Voz Humana) HQ Libro 2º - Completo
- Audiolibro Tormenta de espadas (Voz Humana) HQ Libro 1º - Completo
- Tormenta de Espadas Capítulo 13 "La Isla de los Rostros"
- Tormenta de Espadas Capítulo 12 "Daenerys y el ejército de Los Inmaculados"
- Tormenta de Espadas Capítulo 11 "Aguasdulces"
- Tormenta de Espadas Capítulo 10 "El Puño de los Primeros Hombres"
- Tormenta de Espadas Capítulo 9 "El regreso del Rey Robb"
- Tormenta de Espadas Capítulo 8 "La noche de los Caminantes Blancos"
- Tormenta de Espadas Capítulo 7 "La muerte del Rey Loco"
- Tormenta de Espadas Capítulo 6 "Rocadragón"
- Tormenta de Espadas Capítulo 5 "Daenerys de la Tormenta"
- Tormenta de Espadas Capítulo 4 "La Reina de las Espinas"
- Tormenta de Espadas Capítulo 3 "La Huida de Harrenhal"
- Tormenta de Espadas Capítulo 2 "El Rey Más allá del muro"
- Tormenta de Espadas Capítulo 1 - Matarreyes
- Tormenta de Espadas - "Cronología"
- LISTA de REPRODUCCIÓN
- CUADROS de VINCULOS
Audiolibro Tormenta de espadas (Voz Humana) HQ Libro 2º - Completo
24/06/2014
Tormenta de espadas (A Storm of Swords) (2000) es el tercer libro de la saga de literatura fantástica Canción de hielo y fuego y su autor es George R. R. Mart in. El original en inglés se publicó en agosto del 2000 en el R... eino Unido, en noviembre del mismo año en Estados Unidos y en junio de 2005 en España.
Este es un espacio dedicado a las personas como yo,que nuestros ojos ya no nos permiten leer,a los invidentes y a personas con baja visión.Todo mi trabajo está realizado de manera altruista y no busco ninguna compensación,solo la satisfacción de saber que ayudo a otras personas.Un gran abrazo a tod@s.
En el Podcast Audiolibro Tormenta de espad. en Arte y literatura
Audiolibro Tormenta de espadas (Voz Humana) HQ Libro 1º - Completo
21/06/2014
Tormenta de espadas (A Storm of Swords) (2000) es el tercer libro de la saga de literatura fantástica Canción de hielo y fuego y su autor es George R. R. Mart in. El original en inglés se publicó en agosto del 2000 en el R... eino Unido, en noviembre del mismo año en Estados Unidos y en junio de 2005 en España.
Este es un espacio dedicado a las personas como yo,que nuestros ojos ya no nos permiten leer,a los invidentes y a personas con baja visión.Todo mi trabajo está realizado de manera altruista y no busco ninguna compensación,solo la satisfacción de saber que ayudo a otras personas.Un gran abrazo a tod@s.
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Tormenta de Espadas Capítulo 13 "La Isla de los Rostros"
20/02/2014
La pequeña fortaleza cuadrangular estaba casi en ruinas, al igual que el corpulento caballero canoso que vivía allí. Era tan viejo que no entendía las pregu ntas que le hacían.
—Defendí el puente del ataque de Ser Maynard —respondía siempre, sin importar qué le preguntaran—. Qué hombre, pelo rojo y alma negra, pero no pudo conmigo. Me hirió seis veces antes de que lo matara. ¡Seis veces!
Por suerte el maestre que lo atendía era un hombre joven. Cuando el anciano caballero se quedó dormido en su asiento se los llevó aparte para hablar con ellos.
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Tormenta de Espadas Capítulo 12 "Daenerys y el ejército de Los Inmaculados"
12/02/2014
A dos días a caballo del camino real atravesaron una amplia franja de destrucción: kilómetros de campos ennegrecidos y huertos donde los troncos de los árbo les muertos hendían el aire como las saetas de un arquero. Los puentes también estaban destrozados y los arroyos bajaban crecidos con las aguas del otoño, así que tuvieron que recorrer las orillas en busca de vados. Las noches cobraban vida con el aullido de los lobos, pero no vieron a nadie.
En Poza de la Doncella, el salmón rojo de Lord Mooton ondeaba todavía sobre el castillo de la cima de la colina, pero las murallas de la ciudad estaban desiertas, las puertas destrozadas, y la mitad de las casas y comercios quemados o saqueados. No vieron más ser vivo que unos cuantos perros salvajes que se escabullían en cuanto los oían acercarse. El estanque del que tomaba su nombre la ciudad, donde según contaba la leyenda el bufón Florian había visto por primera vez a Jonquil mientras se bañaba con sus hermanas, estaba tan lleno de cadáveres putrefactos que el agua se había convertido en un engrudo color verde grisáceo.
—«Seis doncellas había en la poza de aguas cristalinas...» —empezó a cantar Jaime al echarle un vistazo.
—¿Qué hacéis? —preguntó Brienne.
—Estoy cantando «La poza de las seis doncellas». Seguro que la conocéis. Y eran doncellas muy tímidas, al igual que vos. Aunque me imagino que bastante más bonitas.
—Callaos —ordenó la moza con una mirada que daba a entender que le encantaría dejarlo flotando en el estanque con los cadáveres.
—Por favor, Jaime —le suplicó su primo Cleos—. Lord Mooton es vasallo de Aguasdulces, no nos conviene que salga del castillo. Y puede que haya otros enemigos escondidos entre las ruinas...
—¿Enemigos de quién, de esta mujer o nuestros? No son los mismos, primo. Tengo un deseo ardiente de ver si esta moza sabe manejar la espada que lleva.
—Si no guardáis silencio no me dejaréis más alternativa que amordazaros, Matarreyes.
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Tormenta de Espadas Capítulo 11 "Aguasdulces"
21/11/2013
Llegaron con los cadáveres cargados a hombros y los depositaron ante el estrado. El silencio se hizo en toda la estancia iluminada por antorchas, y Catelyn alc anzó a oír el aullido de Viento Gris a medio castillo de distancia.
«Huele la sangre —pensó—. A través de muros de piedra y puertas de madera, a través de la noche y la lluvia, le llega el olor de la muerte y la desgracia.»
Se encontraba a la izquierda de Robb, junto al trono elevado, y por un momento se sintió como si estuviera contemplando a sus muertos, a Bran y a Rickon. Aquellos chicos eran mucho mayores, pero la muerte los había encogido. Desnudos y empapados, parecían muy pequeños, y su inmovilidad hacía que costara recordarlos vivos.
El muchacho rubio había estado intentando dejarse crecer la barba. Una pelusilla amarilla como la de un melocotón le cubría las mejillas y la barbilla por encima de la devastación roja que le había dejado el cuchillo en la garganta. Tenía el pelo dorado aún húmedo, como si lo hubieran sacado de una bañera. Por su aspecto había muerto en paz, tal vez mientras dormía, pero su primo de cabello castaño había luchado para evitar la muerte. Tenía cortes en ambos brazos, así que había tratado de parar los tajos, y la sangre seguía manando despacio de las heridas que le cubrían el pecho, el vientre y la espalda como bocas sin lengua, aunque la lluvia las había limpiado casi por completo.
Robb se había puesto la corona antes de entrar en la sala, y el bronce brillaba apagado a la luz de las antorchas. Las sombras le ocultaban los ojos mientras contemplaba a los muertos.
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Tormenta de Espadas Capítulo 10 "El Puño de los Primeros Hombres"
14/11/2013
Entre sollozos, Sam dio un paso más.
«Éste es el último —pensó—, el último. Ya no puedo más, no puedo seguir. —Pero sus pies se movieron de n uevo. Primero uno, luego el otro. Dieron un paso, después otro más—. No son mis pies, son de otro, es otro el que camina, no es posible que sea yo.»
Miró hacia abajo y los vio trastabillando en la nieve. Eran cosas torpes y amorfas. Creía recordar que las botas habían sido negras, pero la nieve se había apelmazado en torno a ellas y eran ya informes bultos blancos; tenía dos pies deformes de hielo.
Y no paraba. La nieve, no paraba. Los ventisqueros le llegaban por encima de las rodillas, y una costra de hielo le cubría los muslos como un calzón blanco. Caminaba arrastrándose, tambaleante. La pesada mochila que portaba le daba el aspecto de un jorobado monstruoso. Y estaba tan, tan cansado...
«No puedo seguir. Madre, ten piedad, no puedo seguir.»
Cada cuatro o cinco pasos tenía que agacharse para subirse el cinto de la espada; la había perdido en el Puño, pero la vaina todavía hacía que se le cayera el cinturón. Lo que sí tenía eran dos cuchillos: la daga de vidriagón que Jon le había regalado y la de acero con la que cortaba la carne. Pesaban bastante, y tenía el vientre tan prominente y redondo que si no se iba subiendo el cinturón, se le caía hasta los tobillos, por mucho que se lo apretase. En cierta ocasión había tratado de abrochárselo por encima de la barriga, pero así le quedaba casi en los sobacos. Grenn había estado a punto de morirse de risa sólo de verlo.
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Tormenta de Espadas Capítulo 9 "El regreso del Rey Robb"
22/10/2013
El eunuco tarareaba para sus adentros una melodía sin palabras cuando cruzó la puerta vestido con amplias túnicas de seda color melocotón y dejando a su paso una estela de fragancia a limón. Al ver a Tyrion sentado junto al fuego, se detuvo y permaneció allí sin moverse.
—Mi señor Tyrion —graznó con una risita nerviosa.
—Vaya, ¿os acordáis de mí? Empezaba a preocuparme.
—Es magnífico veros tan fuerte y saludable. —Varys le ofreció su sonrisa más devota—. Aunque debo confesar que nunca pensé que fuera a encontraros en mis humildes aposentos.
—Son humildes. En verdad, excesivamente humildes. —Tyrion había esperado a que su padre llamara a Varys antes de colarse allí para hacerle una visita. El alojamiento del eunuco era pequeño y austero, sólo tres habitaciones sin ventanas bajo la muralla norte, cómodas y acogedoras—. Esperaba descubrir enormes cestas llenas de secretos jugosos para acortar la espera, pero aquí es imposible encontrar un papel. —También había buscado salidas secretas porque sabía que la Araña tendría formas de ir y venir sin ser visto, pero tampoco había podido dar con ellas—. Había agua en vuestra jarra, los dioses son misericordiosos —prosiguió—, vuestro dormitorio no es más ancho que un ataúd, y esa cama... ¿realmente está hecha de piedra, o sólo da esa impresión?
Varys cerró la puerta y pasó el cerrojo.
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Tormenta de Espadas Capítulo 8 "La noche de los Caminantes Blancos"
15/10/2013
El eunuco tarareaba para sus adentros una melodía sin palabras cuando cruzó la puerta vestido con amplias túnicas de seda color melocotón y dejando a su pas o una estela de fragancia a limón. Al ver a Tyrion sentado junto al fuego, se detuvo y permaneció allí sin moverse.
—Mi señor Tyrion —graznó con una risita nerviosa.
—Vaya, ¿os acordáis de mí? Empezaba a preocuparme.
—Es magnífico veros tan fuerte y saludable. —Varys le ofreció su sonrisa más devota—. Aunque debo confesar que nunca pensé que fuera a encontraros en mis humildes aposentos.
—Son humildes. En verdad, excesivamente humildes. —Tyrion había esperado a que su padre llamara a Varys antes de colarse allí para hacerle una visita. El alojamiento del eunuco era pequeño y austero, sólo tres habitaciones sin ventanas bajo la muralla norte, cómodas y acogedoras—. Esperaba descubrir enormes cestas llenas de secretos jugosos para acortar la espera, pero aquí es imposible encontrar un papel. —También había buscado salidas secretas porque sabía que la Araña tendría formas de ir y venir sin ser visto, pero tampoco había podido dar con ellas—. Había agua en vuestra jarra, los dioses son misericordiosos —prosiguió—, vuestro dormitorio no es más ancho que un ataúd, y esa cama... ¿realmente está hecha de piedra, o sólo da esa impresión?
Varys cerró la puerta y pasó el cerrojo.
En el Podcast Audiolibro Tormenta de espad. en Arte y literatura
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